La princesa y el guisante
Había una vez…
Una niña que en las noches estibales salía a pasear con su
madre (de día y a 38º la mama, como que pasa un poquito de salir). En las
largas caminatas las dos recorrían el pueblo hablando y hablando (bueno la única
que hablaba era la niña, porque a la madre le costaba meter baza).
Las calles con gente sentada al fresco, las terracitas
llenas (la crisis, es lo que tiene…).
Todos los días pasaban por el escaparate de una tienda de
labores y miraban y miraban los trabajos allí expuesto, había uno que llamo
especialmente la atención de la niña, ¡que mona!, exclamo. ¿Mama por que esa
muñequita esta sentada encima de tantos cojines?, ¿Por qué en el ultimo cojín
hay una bolita? ¿Por qué lleva una corona? . La madre permanecía callada
esperando el momento de poder hablar, porque la niña era una ametralladora. La
madre le explicó (cuando pudo) que esa muñequita era la “prota” de un cuento “La
Princesa y el Guisante”... y aquí es donde la madre se da cuenta de que va a poder
rajar un rato, porque por supuesto la niña le pide a su madre que le explique
el cuento y todos sabemos que los adultos solo llegamos a la mitad de los
cuentos, ya que llegados a ese punto nos
hemos quedado dormidos, (el niño no, el niño te despierta y te pide que le
cuentes otro). Bueno pues, que la madre salvó el pellejo como pudo, cojió a la niña de la mano y se la llevo a casa a dormir que le había dado sueño (a la madre, no a la niña). La niña seguía con su rollo y la muñeca y el guisante y.... Al llegar a casa le dice: la muñeca es bonita, pero si la hicieras tu, aun seria mas bonita....Siempre me deja "pilla", ¡La madre que la...!
Hoy es Santa Ana y por tanto el santo de mi pelleja chica
(la llamo así cariñosamente).
Su nombre lo escogí mucho antes de pensar en tener otro hijo
y es que desde niña me gustaba, lo encuentro muy sencillo y dulce. Al padre de
la criatura no le acababa de gustar, decía que era muy corto…,(Cariño lo que
hay que tener largo no es el nombre, es… la cuenta corriente, y al ser posible
mmm… ¡vamos ha dejarlo!).
Viendo la gracia que le había hecho la princesa he pensado
en hacerle una para sorprenderla y la verdad que me gusta el resultado.
Una Princesa para mi Princesa.
En un principio pensé en hacerla mas en tonos pastel pero sobre la marcha y en función de las telas que tengo a quedado así:
La tela del cojín de arriba era de un vestido que tenia ella de pequeña y que heredó de su hermana (ya sabéis que yo no tiro nada), así le da un toque mas personal.
La carita se la he pintado con acrílicos, creo que le ha quedado muy de Princesa.
Este primer plano no me preguntéis como lo he hecho porque no lo se ni yo, ¡como fotógrafa no me ganaría la vida!
Por supuestisimo, también le he colocado el GUISANTE y de color verde además, que el de la tienda era blanco y los guisantes son verdes no blancos..., ya sabéis como son los niños, se fijan en todo.
Pues colorín colorado.....
¡Feliz día de tu Santo Ana!
Besos.
Una princesa moderna y muy bonita !
ResponderEliminarjolines....yo también me llamo ana......hay otra para mi????? jjajajjaja
ResponderEliminarte ha quedado preciosa!!!!!
Es muy bonita y hacerle en vestido con la tela de uno suyo me parece una idea muy buena.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que Ana es un nombre precioso, mi hija tambien se llama asi, pero te advierto que todas las que conozco tienen mucho caracter.
te ha quedado chulisima de la muerte y la historia tal como nos la cuentas tambien preciosa. Lo que no me ha quedado claro es si al final le contaste o no el cuento a tu hija Jajaja
ResponderEliminarMe encanta la muñeca y sobre todo la historia y como te lo has currado para darle a la niña una sorpresa muy personal, porque lo facil hubiera sido ir a una juguetería y comprarle cualquier cosa. Hoy también es el santo de mi principe Joaquín y yo le he regalado un coche, pero tengo en mente hacerle uno de crochet...ahora lo que me falta es tiempo.
ResponderEliminarVaya muñeca mas bonita, seguro que casi, casi tan guapa como su dueña.
ResponderEliminarUn beso enorme para Ana en su santo. (y a la costurera de sueños otro)