¡ Anda que no soy cabezona !

...y es que cuando a mi menda se le mete algo en la cabeza, mas cuenta me tiene hacerlo, y eso que tengo ganado, porque de lo contrario ni hago lo que debo, ni lo que quiero.

Llevo ya tiempo pensando en unas colchas para las camas de mis niñas y aunque en un principio tenia pensado hacerlas yo, he terminado comprandolas (mas que nada porque las chiquillas las disfruten antes de casarse), me enamore de ellas nada mas verlas, pensé que quedaría genial con la lampara y además son muy alegres perooooooooooooo...(que se le va hacer... ¡la vida no es perfecta!), resulta que las cortinas tienen un guardarrail a conjunto con las anteriores colchas y si cambio las colchas...¿que pasa con el guardarrail ? ¡pues eso! que queda como una patada en los dientes. Ya me tenéis amí, camino de la tienda en busca de tejido, peroooooooooooo...(esto no es la vida, es la ley de Murphie) no hay tejido, ¿que hago? ¿quito el guardarrail?... se quedan los agüeros...si los tapo se notan y tengo que pintar el techo...si pinto el techo se me mancharan las paredes y también las tendré que pintar y para pintar tengo que mover los muebles y vaciar armarios ahora que los acabo de colocar con el cambio de temporada ¡Joder, si yo lo único que quiero es poner un puñetero gurdarrail y esto es una mudanza coñ...!.

Total que me voy al armario de mis trapos y empiezo a seleccionar telas con las que imbentar algo y vaya si lo imbenté, he copiado parte del estampado que llevan las colchas y con ayuda de entretela de doble faz y mi maquina de coser he intentado imitar el dibujo de las colchas, después guata, una trasera y acolchar se ha dicho, ya le he perdido el miedo al acolchado a maquina, bueno, ha decir verdad le he perdido el miedo, el respeto y la vergüenza, ¡supongo que es así como se aprende!. Como en la anterior ocasión que me atreví con el acolchado, creo que he de mejorarlo mucho pero estoy contenta.

Besos.